domingo, 17 de junio de 2012

Hace tiempo que no entro en esta página y hoy voy a hacerlo para ver de no perder la costumbre y de paso añadir cosas nuevas, si bien se que nadie va a leer nada de lo que escriba. Hoy las elecciones de Grecia mantienen en vilo a toda Europa ¿Rechazará Grecia el euro? ¿Admitirá los sacrificios que le obliga Europa? España es uno de los países más preocupados. El gobierno español pretende seguir manteniendo una política de engatusar a las instituciones europeas retrasando la aplicación de auténticas medidas de recorte de gasto, aplicando medidas más bien de tipo aumento de impuestos y recorte de salarios, algo que también aplicó Grecia y que supone poco dinero ahorrado, no planteando siquiera las reformas que realmente quieren tanto los mercados de capitales como las instituciones europeas: la racionalización de la inmensa, mastodóntica y costosísima administración del estado, especialmente en su vertiente autonómica y local. No se pueden mantener miles de empresas públicas de gestión privada, con cientos de miles de empleados colocados a dedos por los políticos y que consumen además ingentes medios con pobres resultados. No se pueden mantener grandes estructuras autonómicas y locales con gran profusión de políticos, desde consejeros hasta concejales cobrando sueldos que hasta hace poco no cobraban. Es demagogía pretender que los políticos no cobren o cobren poco porque efectuan una labor importante para la sociedad y si no cobran prolifera la corrupción y las cosas van mucho peor, pero lo que no se puede admitir es la profusión de políticos o cargos retribuidos de nula utilidad. Los mercados de capitales como puede verse no se dejan engatusar con tan poca voluntad de recortar realmente gastos. Ven que el actual gobierno no se atreve a cortar con los gastos de las comunidades autónomas y ayuntamientos en los apartados que puedan afectar a sus camaradas de partido, no se atreven a una auténtica poda de cargos,... Las lamentaciones del gobierno protestando reiteradamente que éllos han cumplido con lo que pedían las instituciones europeas son realmente patéticas y por supuesto no engañan a nadie. ¿Será que Rajoy ante la imposibilidad de imponer recortes entre los cargos de su partido está forzando a ser intervenido por la UE?

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Un blog muy interesante

http://www.bivouac-id.com/

Está en francés.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Las damas de blanco golpeadas otra vez

http://www.desdecuba.com/generaciony/


Un molote agredió el pasado 10 de diciembre a mujeres que sólo llevaban gladiolos en sus manos. Puños levantados -instigados por policías vestidos de civil- rodearon a esas madres, esposas e hijas de los encarcelados desde la Primavera Negra de 2003. Varios de los atacantes se aprendieron el guión a la carrera y mezclaban las actuales consignas políticas con los gastados /slogans/ de hace casi tres décadas. Era una tropa de choque con licencia para insultar y golpear, otorgada –justamente- por quienes debieran mantener el orden y proteger a todos los ciudadanos. En el noticiero del viernes, un periodista llegó a decir que quienes increpaban a las Damas de Blanco representaban al “pueblo enardecido”, pero en la pantalla no se les notaba un solo viso de espontaneidad o de real convicción. Sólo parecían fanáticos con miedo, con mucho miedo.

Me da vergüenza decirlo, pero en mi país los demonios de la intolerancia estuvieron de fiesta el día de los Derechos Humanos. Fueron incitados por quienes hace mucho perdieron la capacidad de convencernos con un argumento o de atraernos con una nueva y justa idea. Ya no tienen ni siquiera una ideología, de ahí que sólo les quede manejar los resortes del temor, apelar a los “ejemplarizantes” actos de repudio para detener la creciente inconformidad. Sin embargo, en los rostros de esos convocados al linchamiento social se podía percibir como la duda alternaba con la furia y la exaltación con los temblores de saberse observados y evaluados. Por doloroso que sea, es fácil prever que quizás un día una multitud igual de irreflexiva y ciega dirija su cólera hacia los que hoy azuzan a unos cubanos contra otros.

A falta de aperturas, de más comida sobre el plato, de cambios estructurales o ansiadas flexibilizaciones, el gobierno de Raúl Castro parece haber optado por el castigo como fórmula para mantenerse. No muestra resultados palpables de su gestión, pero hace sonar los oxidados instrumentos de la coacción y las viejas técnicas del castigo. En los últimos meses ya ni siquiera lanza promesas al vuelo, ni enuncia planes para fechas imprecisas. Más bien se ha llevado la mano al cinturón y no precisamente para apretárselo en un gesto de austeridad o ahorro, sino para usarlo como hacen los padres autoritarios, sobre el pellejo de sus hijos.

Las damas de blanco son las esposas de presos políticos condenados en 2003 que aún están en cárceles castristas. Los que las golpean son las brigadas de acción rápida, más bien chusma pagada por el régimen, que como dice el articulo la propaganda castrista pretende pasar por el "pueblo". Métodos autenticamente fascistas.

viernes, 24 de julio de 2009

Otro texto de Yoani Sanchez del blog http://www.desdecuba.com/generaciony/

Yoani Sanchez nos habla de las escuelas agricolas. Estas escuelas fueron motivo de que mucha gente emigrara de Cuba, para no tener que enviar a sus hijos a estas horribles instituciones. En teoria se tenía que combinar los estudios con el trabajo en el campo, pero la práctica era muy diferente,...



La idea de conjugar el estudio con el trabajo en los preuniversitarios parecía muy buena sobre el papel. Tenía aires de futuro imperecedero en aquel buró donde la convirtieron en una disposición ministerial. Pero la realidad –tan tozuda como siempre- hizo su propia interpretación de las escuelas en el campo. La “arcilla” que se intentaba formar en el amor al surco, estaba constituida por adolescentes alejados -por primera vez- del control paterno, que se encontraron con condiciones habitacionales y alimentarias muy diferentes a las proyectadas.
Yo, que debí haber sido el “hombre nuevo” y apenas si he podido llegar a ser un “hombre bueno”, me formé en una de esas becas en el municipio habanero de Alquízar. Llegué con catorce años y salí con una infección en la córnea, una deficiencia hepática y la dureza que se adquiere cuando uno ha visto demasiado. Al matricular, me creía aún los cuentos del estudio trabajo; al partir, sabía que muchas de mis colegas habían tenido que intercambiar sexo para obtener buenas calificaciones o mostrar un sobre cumplimiento en la producción agrícola. Las pequeñas planticas de lechuga que desyerbaba cada tarde tenían su contraparte en un albergue donde primaba el matonismo, el irrespeto a la privacidad y la dura ley del más fuerte.
Justamente, una tarde de aquellas, después de tres días sin abastecimiento de agua y con el repetitivo menú de arroz y col, me juré a mi misma que mis hijos nunca irían a un preuniversitario en el campo. Lo hice con ese tremendismo adolescente que -con los años- se va calmando y dejándonos saber la imposibilidad de cumplir ciertas promesas. Así que me acostumbré a la idea de tener que cargar jabas de comida para cuando Teo estuviera en la beca, de escuchar que le robaron los zapatos, que lo amenazaron en la ducha o que uno más grande le quitó la comida. Todas esas imágenes, que había vivido, regresaban cuando pensaba en las escuelas internas.
Por suerte, el experimento parece estar terminando. La improductividad, el contagio de enfermedades, el menoscabo de valores éticos y el bajo nivel académico han hecho sucumbir este método educativo. Después de años de pérdidas económicas, pues los estudiantes consumían más de lo que lograban sacarle a la tierra, nuestras autoridades se han convencido de que el mejor lugar donde está un joven es al lado de sus padres. Sólo que han anunciado el próximo fin de las becas sin la disculpa pública a quienes fuimos conejillos de indias de una experiencia fracasada; a esos a quienes los preuniversitarios en el campo nos llevaron parte de los sueños y de la salud.

jueves, 14 de mayo de 2009

Las inhumanas condiciones para salir de Cuba

La realidad cubana es, en cuanto a la libertad para viajar, muy lamentable, una flagrante violación de los derechos civiles.
Ante todo, para los cubanos, viajar no es un derecho, sino un privilegio que se otorga y se retira. Una concesión de un poder inapelable y sin un marco jurídico definido.
En Cuba hay tres maneras de viajar al extranjero:
1- Con un estatus excepcional, que permite entrar y salir del país casi libremente: Lo disfrutan algunas personas que se han casado con extranjeros (no todas) y miembros prominentes de la élite política, intelectual o sus familiares. Debería ser el estatus normal, pero es una posibilidad otorgada selectivamente, a muy pocos ciudadanos, anulable si el beneficiado muestra algún tipo de comportamiento político que el gobierno desaprueba.
2- Por misiones oficiales: para funcionarios, académicos, médicos, artistas, periodistas y técnicos, entre otros. Quienes viajan de esta forma necesitan que una institución gubernamental autorice la salida.
Si algún ciudadano en viaje oficial decide no regresar a la Isla —"se queda"—, pierde todos sus derechos, no puede volver al país en varios años (hasta cinco) y el gobierno puede obstaculizar la salida de miembros de su familia.
Huelga anotar que si un académico o funcionario se muestra particularmente crítico durante algún viaje, es posible que no se le permita salir nuevamente del país en largo tiempo.
3- En viajes privados, que pueden ser de dos tipos: El primero, por salida "definitiva", se aplica a los ciudadanos que emigran. Estas personas no pueden regresar a vivir en Cuba y pierden todos sus derechos y propiedades en la Isla. El segundo es el caso de quienes sólo aspiran a viajar temporalmente. Estos pueden estar fuera del país hasta 11 meses, tras los cuales deben regresar o se convierten en "emigrantes definitivos".
Todas las salidas deben ser autorizadas por el Ministerio del Interior y, en el caso de los viajes privados, por la institución donde la persona trabaja o trabajó por última vez.
Existen categorías de profesionales —los médicos, por ejemplo— que no pueden viajar por la vía privada. El gobierno suele poner también
impedimentos a los disidentes.
El caso más dramático conocido es quizá el de la neurocirujana Hilda Molina, a quien La Habana niega desde hace más de una década la posibilidad de reunirse con su hijo y conocer a sus nietos, residentes en Argentina.
Algo particularmente negativo es que las personas que viajan por 11 meses no pueden llevar a sus hijos menores con ellos. Esto sólo es posible si se emigra "definitivamente".
Los viajes no oficiales implican gastos considerables (carta de invitación, pasaporte, permiso de salida), que pueden llegar a ser superiores a los 500 dólares, una suma inmensa en un país donde el salario medio es de algo más de diez dólares.
Una vez en el país de destino, los ciudadanos deben pagar a la embajada cubana correspondiente una suma variable por cada mes de permanencia en el exterior, que oscila entre 150 y 40 dólares.
Arbitrariedad y control político
Cuando una persona decide radicarse en otro país, a excepción de la exigua minoría que ha sido autorizada a ello, pierde todos sus bienes y derechos en Cuba, por lo que técnicamente se convierte en desterrado.
Si en algún momento quiere regresar, sólo puede hacerlo de visita, para lo cual debe ser autorizado específicamente por el gobierno, mediante un sello que se coloca en su pasaporte (conocido como "habilitación").
Muchos cubanos no son autorizados, ni siquiera en casos de emergencia familiar. Otros son rechazados cuando llegan al país, incluso con el "pasaporte habilitado".
El gobierno exige a los emigrados que viajan a la Isla un pasaporte cubano, no importa si han adquirido otra ciudadanía.
No hay ley ni normas escritas claras sobre estos procesos, sino que se trata de una práctica discrecional y arbitraria, que mezcla resortes de control político, francamente fascistas, con motivaciones mercuriales de la peor ralea. De manera que el gobierno niega un derecho —el de viajar libremente— que luego vende a quienes puedan comprarlo.
Los cubanos que viajan al exterior deben portarse bien políticamente si quieren seguir haciéndolo. Quienes deciden quedarse en otro país deben cuidarse de no molestar al régimen si desean volver a ver a sus seres queridos o regresar a Cuba un día, al lugar donde nacieron.
El derecho de entrar y salir libremente de su propio país les ha sido expropiado por una élite política autoritaria y represiva, que ha negado uno por uno los valores y las metas humanas de la revolución y del socialismo que una vez dijo propugnar, y que exige un pago para poder seguir reproduciendo su proyecto de poder con el mismo estilo parasitario con que lo ha hecho en los últimos 50 años.
En el caso de los emigrantes, estamos frente a una situación de violación mayúscula de los derechos de las personas y del origen de muchos sufrimientos humanos.
Vale la pena que miremos este asunto, incluso para ayudar a personas como Miguel Barnet y al amigo de otros tiempos, a que no estén obligados a agacharse de manera tan poco ejemplar ante esta brutal horca caudina que el gobierno les impone.